La vida es linda.

Jugué todas mis cartas a la mano equivocada, perdí todo lo que tenía, pero también gané algunas pocas cosas más. Nada fue en vano, el secreto está en no rendirse ante cualquier cosa. Si seguí, si continué, fue porque sabía que tenía mucho más por lo que apostar, descubrir y arriesgarme.
Tuve tantos sueños, en los que me dí cuenta que solo serán eso, sueños. Y para que se cumplan, yo soy la que debo actuar, y debo entender que si dejé pasar el tiempo, si dejé pasar miles de oportunidades, no debo arrepentirme, solo es parte de seguir, de intentar nuevas cosas, de buscar nuevos sueños en otros lugares, dejando atrás todo aquello que hace mal.
Todavía queda mucho camino que recorrer, pero hay cosas que no quiero hacer sola, aún así, debo seguir, porque esta vida que elijo todos los días es por mi cuenta, pero no me olvido que tengo a mis amigos y mi familia que están siempre apoyándome en todo lo que hago.
Todo cuesta! Pero vale la pena vivir, vale la pena seguir por las cosas que uno cree, buscando pequeños momentos de felicidad, que hacen que la vida tenga el sentido que nosotros mismo le damos para continuar y no bajar los brazos después de un tropiezo.
La felicidad no es una simple fantasía, es todo aquellos que de da paz, que te da ganas de repetirlas mil veces, que cuando recordas esos momentos, te transportan hacía atrás, haciéndote sentir único, dándole sentido a esta vida. Es cuando te das cuenta de que los malos momentos son el simple contrapeso para ver todo lo bueno que tiene esta vida para cada uno.
La vida es linda, lo complicado es vivirla de manera que no lastime, buscando razones por las que luchar, y al cumplir todo eso, llegas al punto de pensar que nada es imposible sin al menos haberlo intentado.